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Los virus

El conocimiento de los virus se inicia en 1892 cuando Ivanovski botánico ruso estudio una enfermedad de la planta de tabaco conocida como mosaico del tabaco (nombre debido al aspecto que producía la enfermedad, en las hojas de dicha planta).

En esa época, ya se había iniciado la ciencia bac­teriológica y Chambarland, pocos años antes, había construido un filtro de porcelana que retiene a las bacterias, con el objeto de obtener agua pura por filtración. Ivanovski extrajo el jugo de hojas de tabaco enfermas, lo filtró en el filtro de Chamber­land y halló que el líquido filtrado, a pesar de no tener bacterias y ser completamente transparente, podía trasmitir la enfermedad a otras plantas de tabaco sanas, cuando era frotado sobre sus hojas. E1 agente causal (que Ivanovski no pudo ver y que no era una bacteria), fue denominado virus filtrable (virus significa veneno). Posteriormente se construyeron filtros de poros más pequeños, que pueden retener a los virus y por ello se abandonó el adjetivo filtrable.

Con la construcción de microscopios electrónicos (1934 en Alemania), pudo visualizarse a los virus o partículas virales y estudiarse su morfología y con los métodos bioquímicos modernos se analizó su estructura química.

Tamaño. Las partículas virales sólo pueden verse con el microscopio electrónico. Miden entre 10 y 300 nanómetros (antes lla­mados milimicras).

 En la figura  se compa­ran algunos virus con las bacterias. Los hay muy pequeños, del tamaño de un ribosoma; (el virus de 1a aftosa tiene sólo 10 nanóme­tros de diámetro). Otros, más grandes, miden 0.1 a 0.3 micrómetros.

 

Morfología. -  Hay viriones (o partículas virales) de forma esferoidal; otros con forma cilíndrica (virus del mosaico del tabaco, o VMT), otros en forma de raqueta (fagos).

 

Estructura química. - La estructura quí­mica de los virus consta de dos componentes principales y otros accesorios. Puede decirse que un virus consiste esencialmente en una masa de ácido nucleico (ADN o ARN, nunca los dos), envuelta por una cubierta proteica.

El ADN se encuentra en virus parásitos de animales: virus de la vacuna, del herpes, adenovirus y numerosos bacteriófagos.

El ARN se encuentra en virus parásitos de vegetales y en algunos parásitos de ani­males: VMT (del mosaico del tabaco)  de la gripe, de la poliomielitis y algunos bacteriófagos.

El ácido nucleico constituye una parte del virión que oscila entre 1 % (virus de la gri­pe) y un 50 % (bacteriófagos de la serie T).

Las proteínas contenidas en un mismo virus aparecen en número limitado. Están do­tadas de propiedades antigénicas, específicas de cada virus, lo cual permite reconocer al virus.

Algunos virus pueden tener componentes químicos adicionales: lípidos (que en algu­nos casos pueden representar el 59 % del virus) y polisacáridos.

 

Organización estructural. –

El adenovirus, por ejemplo, está constituido por un cápsido proteico, que se aparece en forma de icosaedro regular (poliedro de 20 caras, constituidas por triángulos equiláteros, de 750 A de diámetro (75 nanómetros). El cápsído; a su vez, está integrado por 252 capsómeros (vocablo que significa: partes del cápsido), dispuestos regularmente y a su vez, formados por sub-unidades, llamadas unidades estructurales.

La estructura cilíndrica, por otra parte, la encontrarnos en el VMT, con forma de bastón cilíndrico, de 3.000 A (300 nanómetros de longitud) y 170 A (17 nanómetros), de diámetro. Presenta, este virus, un nucleocápsido helicoidal. Las uni­dades estructurales están dispuestas en hé­lice.

El virus de la gripe, tiene estructura más compleja. Posee nucleocápsido con estructura parecida a la del VMT, pero este nucleocápsido está enrollado en el interior de una envoltura provista de espícu­las. Dicha envoltura posee proteínas estruc­turales (una de ellas corresponde a las espículas), pero además lípidos, mucopolisacáridos y varias enzimas.­

El bacteriófago T 2 con estructura en ra­queta  contiene ADN y proteínas. E1 cápsido corresponde a la zona llamada cabeza; pero también presenta una zona llamada cola. La cabeza tiene estructura comparable a la del cápsido del adenovirus, constituido por unidades formadas por una sola proteína. La cola, por su parte, po­see una vaina helicoidal, formada por 200 unidades proteicas idénticas, que recubren un eje tubular; y termina por una placa que contiene espinas y fibras caudales.

En resumen en la organización estructural de todos los virus, encontramos que cada virión presenta ADN o ARN, siempre en­vuelto el ácido nucleico por un cápsido pro­teico, que a veces se completa con otra en­voltura.

Los constituyentes del cápsido están pre­sentes bajo forma de sub-unidades, dispuestas regularmente y con número constante para cada virión.

 

Reproducción de los viriones. - Cuando un virión se aproxima a una célula viva, la cubierta proteica se desintegra y penetra sólo la fracción con ácido nucleico, que lleva la información genética. Toda la maquinaria metabólica de la célula inicia entonces la biosíntesis de las sustancias del virión bajo las instrucciones del  ácido nucleico. De esta manera se originan múltiples viriones, que finalmente abandonan la célula parasitada desintegrada y pa­san a invadir, penetrar, en otras células.

 

Por eso causan enfermedad, pues destruyen numerosas células de animales, vegetales o seres humanos. Existe una especificidad de acción de los virus. Algunos atacan a las neu­ronas motoras de la médula espinal, como el virus de la poliomielitis; otros las células he­páticas (hepatocitos), como los virus de la hepatitis; otros células epiteliales de la piel, como los virus de la viruela, varicela; otros las mucosas de las vías respiratorias, como los virus del resfrío y los de la gripe, etc.

 

Cultivo de virus. - Para multiplicarse los virus necesitan de una célula viva: son parásitos intracelulares obli­gados. Para cultivar virus, no se dispone de medios nutritivos de cultivo, como sucede con las bacte­rias.  Para ello se utilizan los cultivos en embrión de pollo  en desarrollo los cuales son inoculados mediante una jeringa. De esta manera se multiplican. También se pueden multiplicar  en un cultivo de tejidos.

Propiedades de los virus

Los virus tienen algunas características que los asemejan a la materia inerte. El VMT (virus del mosaico del tabaco) fue aislado diez veces consecutivas y al ino­cularlo, readquiría su capacidad infectiva.

Algo similar ocurre con muchos virus  que han sido aislados, cristalizados y estudiadas sus propiedades biológicas. No se conoce nin­gún ser vivo que pueda cristalizar y conser­var propiedades vitales.

Los virus no se nutren, no respiran, no metabolizan, pues no poseen la maquinaria metabólica y enzimática necesaria para cum­plir dichas funciones.

Están desprovistos de toda organización celular, característica de los seres vivos. Si se consideran seres o sistemas vivientes, constituirían una excepción a la teoría celu­lar. Si admitimos que una estructura viva es aquélla que metaboliza y se autoperpetúa, los virus no cumplen esas condiciones.

Los virus no se multiplican por sí mismos. Es la célula penetrada por el virus, que cam­bia la dirección de sus rutas metabólicas y produce el ADN o el ARN del virus, y las proteínas víricas.

Tienen un solo ácido nucleico: o el ADN o el ARN.  Las células de los seres vivos, aun las células procariotas como las bacterias  poseen los dos ácidos nucleicos.

Pero, sin embargo, los virus presentan ca­racterísticas que no tiene la materia inerte: Poseen información hereditaria, que se comporta como toda información genética de cualquier ser vivo, almacenada en moléculas de ácidos nucleicos.

Poseen especialización de acción. pues distinguen entre distintos tipos celulares que parasitan.

Tie­nen material genético y presentan mutaciones en un orden de frecuencia similar a la de los genes. Y participan en procesos de recombinación genética (se pueden obtener virus híbridos).

Por todo lo expuesto se cree que las par­tículas virales son sistemas moleculares en transición entre los organismos vivos y la sus­tancia inerte. Para algunos son genes desnu­dos, pues tienen la misma estructura (nu­cleoproteínas) y el mismo comportamiento que los genes. Hasta se ha planteado la su­posición de que serían sustancias químicas dotadas de vida.

La discusión adquiere nueva trascenden­cia, si se piensa que, desde 1967, Kornberg y colaboradores crearon la síntesis de Phi x 174, tomando como modelo este virus que parásita al colibacilo. Si admitimos que los virus son seres vivos, se habría creado vida en un tubo de ensayo.

Importancia de los virus.

1) Acción patógena: Todos 1os virus co­nocidos, son productoras  de enfermedades llamadas virosis que afectan a los animales, vegetales, or­ganismos humanos, bacterias, etc.

Los virus que atacan animales y al hombre, pue­den hacerlo sobre distintos sectores. Algunos virus atacan a la piel (se habla de virus dermatropos) y los recubrimientos internos de órganos huecos  (boca. faringe, etc.) como los virus de la vi­ruela, varicela, sarampión, rubéola.

Otros virus atacan al sistema nervioso (se habla de virus neurotropos). Los que producen la poliomie­litis humana, la encefalitis de la especie humana; la rabia de animales.

Otros virus atacan el aparato respiratorio; virus del resfrío (fosas nasales faringe), virus de la gripe (afecta faringe, traquea y bronquios); otros invaden el pulmón y ocasionan neumonías; otra producen infecciones intestinales, etc., Ya ci­tamos el virus de 1a hepatitis, que afecta las célu­las hepáticas.

 

Virus patógenos para el hombre

 

Los virus causan muchas enfermedades humanas comunes, como resfriados, gripes, diarreas, varicela, sarampión y paperas. Algunas enfermedades víricas, como la rabia, la fiebre hemorrágica, la encefalitis, la poliomielitis, la fiebre amarilla o el síndrome de inmunodeficiencia adquirida, son mortales. La rubéola y el citomegalovirus pueden provocar anomalías graves o la muerte en el feto. Se estima que hay entre 1.000 y 1.500 tipos de virus, de los que aproximadamente 250 son patógenos para el hombre.

 

 

TIPO

                 VIRUS

                                                  ENFERMEDAD                   

 

Adenovirus

 

Resfriado común

Bunyavirus

Hantaan
La Crosse
Sin Nombre

Insuficiencia renal
Encefalitis (infección cerebral)
Síndrome pulmonar

Calicivirus

Norwalk

Gastroenteritis (diarrea, vómitos)

Coronavirus

Corona

Resfriado común

Filovirus

Ébola
Marburg

Fiebre hemorrágica
Fiebre hemorrágica

Flavivirus

Hepatitis C (no A, no B)
Fiebre amarilla

Hepatitis
Hepatitis, hemorragia

Hepadnavirus

Hepatitis B (VHB)

Hepatitis, cáncer de hígado

Herpesvirus

Citomegalovirus
Virus Epstein-Barr (VEB)
Herpes simple tipo 1
Herpes simple tipo 2
Virus herpes humano 8 (VHH8)
Varicela-zóster

Defectos de nacimiento
Mononucleosis, cáncer nasofaríngeo
Herpes labial
Lesiones genitales
Sarcoma de Kaposi
Varicela, herpes zóster

Ortomixovirus

Influenza tipos A y B

Gripe

Papovavirus

Virus del papiloma humano (VPH)

Verrugas, cáncer de cuello del útero

Picornavirus

Coxsackievirus
Echovirus
Hepatitis A
Poliovirus
Rinovirus

Miocarditis (infección del músculo cardiaco)
Meningitis
Hepatitis infecciosa
Poliomielitis
Resfriado común

Paramixovirus

Sarampión
Paperas
Parainfluenza

Sarampión
Paperas
Resfriado común, infecciones del oído

Parvovirus

B19

Eritema infeccioso, anemia crónica

Poxvirus

Ortopoxvirus

Viruela (erradicada)

Reovirus

Rotavirus

Diarrea

Retrovirus

Virus de la inmunodeficiencia humana (VIH)
Virus de la leucemia humana de las células T (VLHT-1)

Síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA)
Leucemia de células T del adulto, linfoma, enfermedades neurológicas

Rhabdovirus

Rabia

Rabia

Togavirus

Encefalomielitis equina del este
Rubéola

Encefalitis
Rubéola, defectos de nacimiento

 

 

2) Virus y el cáncer. Desde 1911 se sabe que existen virus que provocan cáncer en animales: pollos, ratas  ratones, ranas, venados conejos, mo­nos, gatos, perros, caballo, vacas. Hasta hoy, sin embargo, no se ha podido demostrar que cánceres humanos sean producidos por virus, si bien algunos científicos creen que algunas formas de leucemias son provocadas por virus.

3) Los virus y la inmunidad. Algunas virosis especialmente afectan el sistema inmunitario. Por ejemplo el virus del sarampión produce una dis­minución marcada de las defensas ante infecciones y por ello la persona convaleciente de sarampión adquiere otras infecciones que pueden tener una evolución breve.

Desde 1985 se está extendiendo por el mundo une virosis producida por un virus que se identifica como el VIH que determina atacando los linfocitos T 4 importantes  un síndrome de deficiencia inmunita­ria, llamada SIDA

Personas que sufren esta virosis, llegan al síndrome de insu­ficiencia inmunitaria.

La OMS reconoce tres formas de adquirir esta virosis y como consecuencia de ella el SIDA:

Por contacto sexual con una persona infec­tada.

Por contacto directo (por inoculación) con sangre o productos derivados de la sanare infectados.

Una madre infectada puede contagiar al hijo durante la vida intrauterina, en el momento del parto o posteriormente durante la lactancia.

4) Virus en las investigaciones biológicas.  He­mos comentado que 1os virus constituyen un instru­mento para estudiar problemas biológicos impor­tantes: estructura y propiedades de los ácidos nu­cleicos, mecanismos de transmisión hereditaria, ori­gen de la vida etc. Desde 1987 se pueden sinteti­zar construir virus simples, tomando como modelo algunos de los que existen en la naturaleza: tal es el caso de1 Phi X 174. ¿Se habrá creado una forma elemental de vida? ¿Será posible a través de los virus  preparar vacunas contra cánceres?

5) Virus útiles.  Los virus que determinan el jaspeado o veteado de algunas flores (por ejemplo tulipanes), las hacen más cotizadas Los que deter­minan cambios en hábitos alimenticios en los insectos hacen, que éstos, una vez infectados, se alimenten de una variedad de hojas mucho mayor  que antes de infectarse.

En la tipificación de estafilococos (bacterias) patógenos, se han utilizado bacteriófa­gos. Utilizando bacteriófagos se han podido determinar el origen de infecciones hospitalarias,  provocadas por estafilo­cocos y señalar en determinados portadores sanos, el origen de la infección.

La linotipia se basa en la propiedad lisogénica de cepas de algunas bacterias es decir algunos fagos cuyo ADN se incorpora al cromosoma bacteriano y se duplica como parte de este cromosoma, en generaciones sucesivas.-

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